lunes, 14 de septiembre de 2009

Viejunos Singing

No había tenido yo el detalle de poneros los dientes largos con el tremendo conciertazo que dieron los Eagles el mes de julio en Madrid. Mucha gente piensa que los grupos esos que llevan toda la vida tocando y siguen haciéndolo es mejor no ir a verlos porque ya no tienen la frescura que tenían antaño. ¡Una mierda! por lo menos en los dos casos que os comento es este post. Los Eagles tienen un huevo de años a sus espaldas y eso se traduce en un grupo que se conoce a la perfección y tiene un directo que ya quisiera cualquier meapilas actual. El Palacio de los Deportes de Madrid no había sonado así en la vida, un sonido limpio y claro, al volumen adecuado, es mas, si el concierto lo estaban grabando (que no lo se) va a salir un disco para enmarcar. El repertorio estuvo centrado fundamentalmente en su nuevo disco (ya de 2007) "Long Road Out of Eden". La armonía de las voces de Don Henley, Glenn Frey y Timothy B. Schmit (se agradeció que se dirigiera al público en perfecto castellano varias veces durante el concierto), así como los tremendos solos de guitarra de Joe Walsh (con la misma cara de loco que siempre) hicieron de este concierto uno de los mas impresionantes que a los que he acudido. Mas de dos horas de concierto que amortizaron lo pagado, así se hace. Lo único que faltó es que cantaran "New kid in town" pero no se puede tener todo.
El que si lo dio todo fue Leonard Cohen el sábado en el mismo sitio. Un tio que tiene mas de 70 años no es normal que de un concierto de TRES HORAS Y MEDIA, eso si que es un profesional. Sonriente y entregado, sin que a su voz grave se le escapara un solo gallo, logró levantar un concierto que hubiera estado condenado por culpa del pésimo sonido (culpa de los ingenieros de idem) que hacía que el órgano hammond y la guitarra eléctrica apenas se oyeran. Con tamaña duración no me extraña que cantara todos sus éxitos. Impresionante me pareció "The partisian", cantada con rabia y "Tower of Song", tocando el mismo Cohen un teclado "casiotrón" con una mano algo movil. Hubo descanso, bis, rebis y requetebís. En definitiva, otro que hizo que lo que había pagado (casi 60 eurazos) se amortizara con creces.
¡Larga vida al Rock'n'Roll!

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